5/9/14

Virtual

Tengo 342 amigos, aún así, estoy solo.
Hablo con ellos frecuentemente sin embargo, ninguno me conoce realmente.
El problema está entre mirar a los ojos o mirar un nombre en una pantalla, por que al volver a mirar a mi alrededor me doy cuenta de que este medio al que llamáis "social", no es nada excepto cuando encendemos nuestros ordenadores y con eso cerramos nuestras puertas.
Toda esa tecnología que tenemos es solo una ilusión, la comunidad, la compañía, el sentido de inclusión etc.
Cuando dejas este dispositivo de ilusión te despiertas para ver un mundo de confusión, un mundo en que somos esclavos de la tecnología que dominamos, un mundo de interés propio, de imagen propia, de promoción propia, donde compartimos las mejores partes, pero dejamos fuera la emoción.
Somos felices cuando compartimos una experiencia, pero ¿es lo mismo si nadie esta ahí?.
Estás ahí para tus amigos y ellos estarán ahí para ti, pero no habrá nadie si es una reunión por mensajes.
Editamos y exageramos, imploramos atención, por no estar aislados socialmente, ponemos las palabras en orden hasta que nuestras vidas brillen, pero no sabemos si alguien está escuchando.
Estar solo no es problema, podemos leer, pintar, hacer ejercicio. Por que estas siendo productivo y presente sin reservas ni reparos, estas siendo despierto, atento y le das buen uso a tu tiempo. Así cuando  estés en publico y empieces a sentirte solo, pon tus manos detrás de tu cabeza y deja el teléfono a un lado.
No necesitas mirar el menú o la lista de contactos, solo habla con la gente, aprende a relacionarte.
Nos estamos volviendo antisociales, y no podemos encontrar satisfacción en mirarnos los unos a los otros o mirar a los ojos de alguien.
Estamos rodeados de niños que desde que nacieron, nos han visto vivir como robots, "y pensar que eso es lo normal". No es muy probable que seas el mejor padre del mundo si no puedes entretener a tu hijo sin usar un iPad.
Somos una generación de idiotas, de teléfonos inteligentes y gente tonta,
Así que levanta la mirada y apaga la pantalla, solo necesitas una conexión real estar ahí cuando te regalan una mirada, no necesitas contarle a nadie lo que estas haciendo. Dedícale atención a tu vida y descubre si has desperdiciado el tiempo al mirar abajo a un invento mas absorbente que una compresa con alas, que unos pañales de marca, que una magdalena en tiempos de crisis y sobretodo que un tío, que habla hasta por las orejas, como este que de ti se despide, no sin antes recordar a mi amigo invisible que todavía no tengo el iPhone 6.

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