3/10/14

Paciencia

Mantenga la calma y continúe.
Era descorazonador comprobar que, a pesar de mis denodados esfuerzos por transmitirle energia, mi iniciativa quedaba sistemáticamente abortada por su rechazo; o, lo que era aún peor, que la relación se iniciaba con un intercambio de entusiasmo para ir degradándose poco a poco y finalmente, fuera ya de control, morir en un mar de irritaciones súbitas y conflictos emocionales.
Habia actuado atendiendo el momento, había obrado muchas veces con una fe ciega nacida de la desesperación. Pero al regresar a casa y tener que relacionarme otra vez con mi entorno habitual, en el que predomina el escepticismo más completo, sentí que perdía aquella esperanza estimulante, aquella firme convicción de que los presentimientos me llevaban a alguna parte.

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